sábado, 31 de diciembre de 2011

Soy un asturiano en Madrid


Hace ya unos años que no respondo a esta descripción. Abandoné la capital dejando atrás algunos sueños rotos, pero con la convicción de que aquel aparente paso atrás era tan solo para coger impulso. Ahora sé que era el paso que necesitaba dar. Todo tiene sentido visto desde la perspectiva del tiempo. Y todo me ha llevado a este momento dulce de mi vida en el que todo parece estar en su sitio.

Desde esa misma perspectiva temporal, comprendo que la derrota del año pasado en la San Silvestre gijonesa fue un mal necesario. Constituyó la liberación de un peso que no debía existir. La carrera que más alegrías me había dado, la que corría por puro divertimento y en la que era capaz de dar lo mejor de mí, se había convertido en un trámite incómodo que había que superar. Ganar ya no era una alegría, sino un alivio. Y eso me estaba llevando irremediablemente hacia el precipicio. No supe parar a tiempo y pasó lo que tenía que pasar. Perdí, justamente y con estrépito.

Parece una locura hablar así de una prueba de carácter popular. Pero todos los que estamos en este mundillo, y hemos vivido lo que una San Silvestre representa a nivel social, sabemos que es un caso excepcional, que es algo más que una simple carrera popular.

Cuando crucé la meta tras Dani Bayón, hace un año, me prometí que no volvería a correr en Gijón hasta que tuviese la misma ilusión por ganar la carrera que el primer día. Le debía ese respeto a la carrera que tanto me había dado; pero sobre todo, me debía ese respeto a mí mismo.
El problema se plantea cuando tienes que escoger que hacer el día 31 de Diciembre. Eres corredor y tu cuerpo te pide que ese día salgas a correr con un dorsal para despedir el año.  Para mí la respuesta estaba clara. Llevo más de una década participando en la segunda San Silvestre más antigua e importante de España. La única opción es dar un paso más y tomar la salida de la madre de todas las San Silvestres, la Vallecana.

48 ediciones, casi 40.000 participantes y 10 kilómetros tan duros como rápidos, son las cifras que avalan la candidatura de esta carrera para ser la mejor de cuantas pruebas de asfalto se disputan en nuestro país.
Será mi primer fin de año lejos de casa, lejos de los míos. Pero no podría haber mejor motivo para ello que correr y disfrutar de las calles de Madrid, en estos momentos aún repletas de coches, en menos de 10 horas a mi entera disposición. Será una experiencia genial y podréis verla a partir de las 20 horas en Telemadrid.

Disfrutad de vuestra San Silvestre particular. Os deseo un muy feliz fin de año. Y del Año Nuevo…hablaremos mañana.

2 comentarios:

  1. http://www.youtube.com/watch?v=XLwd-viBi1M

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  2. Muchas Gracias por ponerle música al asunto.
    Un gran tipo Dark la eMe.
    Un abrazo Pablete.

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