lunes, 8 de julio de 2013

¿Te apetece correr?

Hay una escena en Forrest Gump en la que él sale a correr. Simplemente porque le apetecía correr.
Primero va hasta el final del camino, luego hasta el final el pueblo y con cada nuevo objetivo alcanzado pensaba: "Ya que he llegado hasta aquí por qué no ir un poco más allá".
Simplemente porque le apetecía correr.
Su ambición le llevo a cruzar cuantos horizontes se propuso; y una vez los hubo alcanzado todos y sin ver sus ansias colmadas, simplemente se dio la vuelta y siguió corriendo hacia nuevos horizontes.
Simplemente porque le apetecía correr.
En su camino muchos le siguieron y apoyaron, buscando inspiración en sus actos. Otros no entendían lo que hacía y hacían extrañas cábalas sobre sus motivaciones. Cada uno tenía su propio motivo para seguirle o para dudar de él; pero él no entendía tanto revuelo... Simplemente le apetecía correr.
Al final, tras muchos kilómetros, se paró: "Estoy cansado, me voy a mi casa". Las dudas sobre por qué corría se transformaron en dudas sobre por qué había dejado de hacerlo. De nuevo él no comprendía a su entorno. Simplemente estaba cansado... Simplemente ya no tenía más ganas de correr.
Estoy cansado, dolorido y enfermo. Aun así me apetece correr; de modo que aun no me iré a mi casa. Quizás es que estas 8 calles de superficie rojiza sean ya mi casa.