jueves, 24 de mayo de 2012

El Insomnio del Derrotado

Hacía tiempo que no experimentaba esta ingrata sensación. El cuerpo, dolorido y cansado, es incapaz de acallar los martilleantes, y poco productivos, pensamientos que me mantienen alejado de los dominios de Morfeo. 

La derrota es una mala compañera de cama, sea como sea  la naturaleza de la misma. Pero es peor si el que te infringe tal castigo eres tu mismo; ya sea porque te falla tú físico, como en último termino me ha pasado hoy a mi, o porque es tu mente la que decide acabar contigo, de esta versión he tenido bastante más ración hoy... y ayer... y antes de ayer...

El resultado es yo, a las 2:20 de la madrugada, lamiéndome las heridas sin visos de poder soñar con lugares mejores. Revisando nueve meses de duro trabajo  que a estas horas están en el alero, por incomparecencia mental y competitiva en el momento de la verdad. Un objetivo trabajado hasta límites insospechados, que me ha llevado a niveles físicos que tiempo atrás consideraría de otra dimensión; y que en su momento culminante se escapa irremediablemente como arena entre los dedos. No soy amigo de juzgar el proceso en base al resultado, pero a estas horas de la noche solo alcanzo a recordar que hoy no he cumplido conmigo mismo. 


4 comentarios:

  1. Traquilo tio que con todo lo que has entrenado antes o después vas a tener tu carrera para reventar el crono.

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    1. Me suelo definir como el Ave Fénix. Ya no recuerdo las innumerables veces qué he renacido de mis cenizas. Eso es lo que diferencia a un campeón del que no lo es.
      Caer, caemos todos pero levantarse sólo los elegidos.

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    2. Me suelo definir como el Ave Fénix. Ya no recuerdo las innumerables veces qué he renacido de mis cenizas. Eso es lo que diferencia a un campeón del que no lo es.
      Caer, caemos todos pero levantarse sólo los elegidos.

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    3. Me suelo definir como el Ave Fénix. Ya no recuerdo las innumerables veces qué he renacido de mis cenizas. Eso es lo que diferencia a un campeón del que no lo es.
      Caer, caemos todos pero levantarse sólo los elegidos.

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