martes, 9 de abril de 2013

Un fin de semana pedestre

Cada vez me gusta más la ruta. No se si por lo bien que rindo sobre él o por el poder de atracción que tiene sobre la gente, haciendo que el atletismo parezca un deporte más popular entre el público. Ese contacto con la gente es cuanto menos revitalizante; y me refiero tanto a los espectadores como a los participantes. La visión que, del mundo de las carreras, aportan los corredores populares es, a mi modo de ver, imprescindible para este deporte; y sin él nada sería lo mismo. Pero de eso ya hablaremos otro día.
Este pasado fin de semana tuve un buen atracón de asfalto. La primera cita fue el sábado en la milla de Gijón. La palabra que me sale es "perfecto". Perfecto el tiempo, perfecta la organización, perfecto el ambiente... Disfruté como nunca de esta carrera. A ello también ayudó, y mucho, mi creciente dominio de la, en palabras de los ingleses, "distancia perfecta" (de esto también hablaré otro día). Mi papel hasta el año pasado en las millas era el de engancharme y rezar. Llevaba todo el desarrollo metido desde el metro uno y cuando tocaba cambiar lo hacia, como mucho, de cara. Ahora maniobro, me coloco, me expongo y cuando toca esprintar tengo cambio; y siento que, aunque me ganen como el sábado, no me pasan por encima como apisonadoras. Esa capacidad de hacer cositas y ser parte del juego siempre ayuda a que el proceso sea más divertido. No es que ahora sea más rápido, simplemente tengo más resistencia a los ritmos altos (otro tema interesante para el futuro).
Tras el éxtasis millero del sábado, recuperar y cambiar el chip para afrontar los 10km del día siguiente, fue bastante complicado. Un buen bidón de Triforza, para llenar los depósitos de glucógeno y reconstruir lo destruido, protocolo de estiramientos dinámicos y todo el sueño que pude conciliar tras la siempre complicada desactivación postcompeti.
Sin embargo, hay que estar muy fresco para lidiar con un rival de la talla de Iván Hierro. Y aunque esté en horas bajas, tras un primer kilómetro de "paseo" (3'25), no tiene ningún problema para ponerse a hacer kilómetros a 3'. Mi cuerpo estaba recuperado, y eso lo demuestra el hecho de correr en 31' con una sensación de facilidad pasmosa. No obstante, mi actitud competitiva se había quedado toda en las gijonesas orillas del Cantábrico; y sin eso no se puede ganar, ni tan siquiera molestar.
La carrera langreana sirvió, no obstante, para muchas cosas. La primera, hacer el mejor entreno de ritmo controlado del mes. La segunda, dar respuesta a una duda personal y de algunos otros amigos runners sobre el comportamiento de las Saucony Kinvara como zapatilla de competición. Ya habían tenido su contacto previo con los ritmos alegres, pero las carreras son siempre el test definitivo. El veredicto es contundente: "zapatilla ideal para competir a cualquier ritmo y distancias de 5km hasta maratón"; responde perfectamente a las expectativas que plantea una zapatilla mixta, muy ligera y cómoda. La recomendaría para corredores que no tengan una especial necesidad de sujección, ya que su orientación minimalista hace que sientas mucha libertad en el pie. Sólo tengo una duda con respecto a ella, su durabilidad. La resolveré con el tiempo.
En definitiva, buen fin de semana por las carreteras asturianas. Ahora llega el primer gran baile de la temporada estival. Seguimos con las millas urbanas y nos desplazamos a las islas Canarias para disputar el Campeonato de España de Milla en Ruta. Una semanita en La Palma entrenando con Fernando  Lorenzo "El Grande" y disfrutando de mi recién estrenada familia. Pinta que en este viaje son todo ganacias.
PD: No puedo dejar de mencionar a la señora Marta Díez que, cinco meses después de dar a luz, va volviendo éxitosamente a los entrenos y a las carreras. Esa victoria y, sobre todo, esos 40' en Langreo son el inicio de un camino de éxitos al que me voy a apuntar de acompañante, animador y fan incondicional. Sombrerazo.

1 comentario:

  1. Genial fin de semana que espero que se prolongue en las islas afortunadas.

    Que vaya genial por allá.

    Un saludo desde Mijas

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